domingo, 16 de diciembre de 2012

Un remedio contra la "histeria"

    Fue un médico británico, Joseph Mortimer Granville, quien inventó en la década de 1880 el primer vibrador a baterías.

     El objetivo era usarlo en el consultorio médico como herramienta terapéutica para combatir lo que en la época victoriana se conocía como "histeria femenina".

    En 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría declaró oficialmente que ésta no era una enfermedad, sino un mito anticuado. Fue entonces cuando estos aparatos pasaron a ser considerados simples juguetes sexuales.

    Desde ese instante, los vibradores han evolucionado en cientos de formas y diseños, y más allá de proporcionar placer, se han convertido en prácticos instrumentos clínicos para luchar contra las disfunciones sexuales, ya sean propiciadas por anorgasmia, vaginismo o trastornos del deseo sexual. 
     

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